RESUMEN

El presente estudio analiza la influencia del entorno social en el consumo de tabaco entre adolescentes mediante una revisión de literatura científica, enfocándose en el rol de factores familiares, comunitarios y de medios de comunicación social para el inicio y mantenimiento del hábito tabáquico. Se realizó una revisión narrativa, donde se examinaron 22 artículos que aportan evidencia sobre cómo estos contextos afectan la propensión de los adolescentes a iniciar y mantener el consumo de tabaco. Los resultados muestran que la influencia familiar, especialmente cuando los padres o hermanos consumen tabaco, desempeña un rol importante en la iniciación del hábito, actuando como modelo de conducta para los jóvenes. A nivel comunitario, la influencia de pares o amigos, la accesibilidad al tabaco y la insuficiente regulación en la venta a menores también son factores que facilitan el consumo en este grupo etario. Además, la exposición a contenido en medios sociales que normaliza o promociona el tabaco refuerza la aceptación del hábito entre los adolescentes, incrementando su vulnerabilidad al tabaquismo. Esta revisión subraya que el conjunto de influencias en estos entornos sociales actúa de manera sinérgica, contribuyendo a la persistencia del consumo de tabaco en adolescentes. Este estudio aporta una base teórica para futuras investigaciones en contextos similares y promueve el desarrollo de potenciales intervenciones efectivas para el control de tabaco en Nicaragua enmarcadas en la familia y comunidad.

Palabras Clave:

Influencia social, tabaquismo en adolescentes, presión familiar y comunitaria.

ABSTRACT

This study analyzes the influence of the social environment on tobacco use among adolescents through a review of scientific literature, focusing on the role of family, community, and social media factors in the initiation and maintenance of smoking. A narrative review was conducted, examining 22 articles that provide evidence on how these contexts affect adolescents’ propensity to initiate and maintain tobacco use. The results show that family influence, especially when parents or siblings smoke, plays an important role in the initiation of the habit, acting as a role model for young people. At the community level, peer or friend influence, accessibility to tobacco, and insufficient regulation of sales to minors are also factors that facilitate consumption in this age group. Furthermore, exposure to social media content that normalizes or promotes tobacco reinforces acceptance of the habit among adolescents, increasing their vulnerability to smoking. This review highlights that the set of influences in these social environments act synergistically, contributing to the persistence of tobacco use among adolescents. This study provides a theoretical basis for future research in similar contexts and promotes the development of potential effective interventions for tobacco control in Nicaragua, framed within the family and community.

Key Words:

Social influence, smoking in adolescents, family and community pressure.

INTRODUCCIÓN

El tabaquismo es una de las mayores amenazas a la salud pública a nivel mundial. Mata a más de 8 millones de personas al año, de los cuales, 7 millones son consumidores directos y alrededor de 1.2 millones son no fumadores expuestos al humo ajeno¹.

Los adolescentes que comienzan a edad temprana son más propensos a continuar el hábito de tabaquismo y tienen mayor dificultad para dejarlo² . Esta situación tiene repercusiones directas en la edad adulta, aumentando el riesgo de múltiples enfermedades crónicas. El potencial carcinogénico del humo del tabaco es extraordinariamente alto por la gran cantidad de carcinógenos que contiene y cuanto menor es la edad de la persona, mayor es la susceptibilidad del DNA a ser dañado ³ .

En Latinoamérica se estima que el 18% de las muertes por infarto agudo al miocardio pueden ser atribuidas al tabaquismo. Sin contar que en la región, la mayoría de las personas consumidoras provienen de estrato económico bajo y el consumo aumenta el empobrecimiento de las familias^4,5. A nivel centroamericano, algunos estudios muestran datos similares al resto del continente. En algunos casos el consumo inicia a los 7 años, la mayoría de los adolescentes que inician el hábito lo hacen entre los 12 y 13 años. A los 60 años, el 16% de quienes han fumado desde jóvenes desarrollan cáncer de pulmón³ .

Según el Mapa Nacional de Salud en Nicaragua, las 2 primeras causas de muerte son infarto agudo al miocardio y cáncer, lo que podría guardar una relación con el tabaquismo como factor de riesgo⁶. Si bien es cierto, el tabaquismo en adultos ha descendido (aunque no se ha completado la meta planificada por MPOWER) de 32.7% a 20.4% del 2000 al 2020 respectivamente (World Health Organization, 2021)⁷ , en adolescentes no ha sido así; un estudio muestra que el consumo de tabaco ha sido un 24.2% en 2011 (3.69 millones de estudiantes y 27.1% en 2019 (4.04 millones de estudiantes)⁸ .

Los adolescentes son susceptibles a influencias sociales para hábitos nocivos como el tabaquismo, que pueden ir desde una película donde alguien fuma, hasta el hecho de poseer familiares o amigos que también fuman⁹ . La familia es una de las influencias más importantes para los adolescentes, pues modela comportamientos relacionados con la salud y es donde ocurre el desarrollo psico–emocional de sus miembros¹⁰. Se han realizado estudios donde muestran que algunos factores del ambiente familiar podrían influir en el consumo de tabaco en adolescentes, como por ejemplo el antecedente de consumo de tabaco entre familiares¹¹ y el consumo de sus padres¹².

Esta revisión narrativa tiene como objetivo sintetizar evidencia disponible sobre cómo la influencia social (familiares, amigos y los medios de comunicación social) conlleva a la práctica de tabaquismo en adolescentes escolares de 13 a 15 años. Se identifican los principales determinantes del consumo, con el propósito de generar insumos que orienten la promoción de la salud y prevención del tabaquismo en adolescentes enmarcadas en la visión del gobierno, la cual lleva un alto componente familiar y comunitario.

METODOLOGÍA

En este estudio se realizó una revisión narrativa de literatura para explorar la influencia del entorno social en el consumo de tabaco entre adolescentes, con un enfoque en el papel que desempeñan los factores familiares, comunitarios y de medios de comunicación social en la iniciación y mantenimiento de esta conducta. La revisión se diseñó como una aproximación teórica orientada a identificar y analizar los estudios más relevantes que abordan los determinantes sociales asociados al tabaquismo en adolescentes.

Se establecieron términos de búsqueda específicos para garantizar una cobertura integral de la literatura existente, incluyendo: “influencia familiar en el consumo de tabaco”, “presión social y tabaquismo en adolescentes”, “entorno comunitario y tabaquismo juvenil”, “publicidad de tabaco en medios sociales”, y “normalización del consumo de tabaco en entornos sociales”.

La selección de artículos incluyó aquellos publicados en bases de datos científicas como Biblioteca Virtual en Salud (BVS), PubMed, Scopus, y Google Scholar, con estudios en español e inglés, publicados entre 2008 y 2023, para abarcar un espectro amplio de evidencias teóricas y empíricas.

Como resultado de la búsqueda inicial se identificaron 118 artículos. Posteriormente, se aplicaron criterios de inclusión que consideraron estudios originales, de diseño cuantitativo, que abordaran de manera directa la relación entre el entorno social y el consumo de tabaco en adolescentes de entre 12 y 18 años. Se excluyeron artículos duplicados, investigaciones centradas exclusivamente en adultos, y publicaciones sin acceso al texto completo. Tras la aplicación de estos criterios, se seleccionaron 22 estudios que cumplían con los requisitos. De éstos fueron 11 estudios transversales, 2 longitudinales, una revisión sistemática, 3 revisiones narrativas (críticas), 5 estudios ecológicos.

Los artículos seleccionados fueron evaluados en función de su relevancia y rigurosidad metodológica, priorizando aquellos que empleaban diseños sólidos, análisis rigurosos y reportaban datos específicos sobre la influencia de factores sociales en el consumo de tabaco. La síntesis de los resultados se enfocó en identificar patrones y factores clave del entorno social que facilitan o inhiben el tabaquismo en adolescentes, proporcionando una base teórica sólida para entender la complejidad de estos factores en la población estudiada.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Influencia del entorno Familiar y Comunitario en el consumo de tabaco

El contexto cultural y familiar tiene un rol importante en el inicio y mantenimiento del consumo de tabaco en adolescentes, los que viven en hogares donde los padres o hermanos fuman tienen una mayor propensión a adoptar este hábito, debido a la normalización del consumo en el entorno familiar¹³.

La evidencia sugiere que la influencia familiar se destaca como el factor de mayor peso (82%) para el consumo, lo cual sugiere un fuerte efecto de normalización del hábito dentro del núcleo familiar.

La presión de amigos cercanos también (48%), y el hecho de que la pareja fume es relevante en el 46% de los casos¹⁴. En Cuba, un grupo de no fumadores mostró una menor influencia de amigos (10%) y pareja (27%) en el consumo. Los análisis de riesgo relativo (RR) revelaron que el entorno social cercano incrementa significativamente la probabilidad de fumar en adolescentes. Los amigos (RR=4.8) y profesores (RR=6.6) presentan los mayores riesgos, indicando una gran susceptibilidad de los jóvenes a la influencia de figuras de autoridad y pares. En ambos grupos (fumadores y no fumadores), la elevada proporción de familiares fumadores (82% en fumadores y 59.5% en no fumadores) refleja una exposición importante y sostenida en el entorno familiar, que puede ser un factor clave en la persistencia de este hábito¹⁴.

Este es un punto importante de reflexión, porque según la evidencia, la familia y la sociedad desempeñan roles fundamentales en el proceso de socialización de los adolescentes, incorporando valores, creencias y modalidades afectivas y cognitivas que afectan su conducta presente y futura. Como el ámbito principal de socialización, la familia es crucial para el desarrollo de comportamientos y actitudes, así como para la prevención de factores de riesgo que pueden incrementar la vulnerabilidad del individuo. Sin embargo, la influencia de los amigos o pares y los medios de comunicación pueden en ocasiones ser más significativas que la familiar¹⁵. Las interacciones dentro de la familia tienen un efecto en su funcionamiento general, donde las conductas de un miembro pueden impactar a toda la unidad, especialmente a los adolescentes, quienes son más susceptibles. Por lo tanto, las exposiciones a factores de riesgo en esta etapa son críticas, ya que pueden tener consecuencias graves para la salud y facilitar la aparición de otros riesgos.

Esto podría interpretarse también como un patrón familiar, y que existen conductas nocivas o positivas heredadas socialmente en la familia. Los resultados por Nuño-Gutiérrez¹⁶, indican que los adolescentes no fumadores obtuvieron calificaciones más altas en los dominios de comunicación padre-hijo, apoyo parental, comunicación entre los padres y apoyo significativo del hijo, mientras que presentaron calificaciones más bajas en hostilidad y rechazo en los fumadores leves. Además, los no fumadores mostraron puntuaciones superiores en el ámbito de comunicación con el hijo y puntuaciones inferiores en hostilidad y rechazo en comparación con los fumadores moderados.

Asimismo, Calleja¹⁷ demuestra que la influencia de los amigos fumadores es uno de los factores más significativos en la intención de fumar y que los padres desempeñan un papel protector esencial al supervisar, las actividades de sus hijos y prohibir el consumo de tabaco en el hogar, contribuyendo a reducir la intención de fumar, a controlar la influencia de amigos fumadores y a moderar la rebeldía, que afecta sus creencias sobre los beneficios del tabaquismo. También se reconoce que fumar es más probable entre los sujetos cuyos amigos fuman (OR= 7.16, I.C. 95% 5,5-9,3), por tanto, la conducta de los compañeros juega un papel predominante en el inicio y mantenimiento de ese hábito. Las adolescentes mujeres son más vulnerables a la influencia social. En consecuencia, la probabilidad de uso o intención de uso es mayor entre las chicas que entre los chicos ante la presencia de amigos o amigas que fuman¹⁸.

A nivel comunitario, se ha evidenciado importante influencia, por ejemplo, en un estudio publicado en Cuba, evidenció que, a pesar de la prohibición de vender cigarrillos a menores de edad, el 49,1% de los fumadores activos logra adquirirlos en tiendas o a través de vendedores callejeros. Aunque 8 de cada 10 estudiantes reconocen los daños del tabaquismo (incluso como consumidor pasivo) la exposición al humo del tabaco es alta tanto en casa como en otros entornos comunitarios y que puede servir como un modelo de presión social por la fácil accesibilidad¹⁹.

Influencia de los medios de comunicación en el tabaquismo adolescente

En los últimos años se ha advertido sobre la influencia de la publicidad del tabaco en la normalización del consumo entre adolescentes. Los adolescentes que están expuestos a la publicidad de tabaco en redes sociales y otros medios digitales son más propensos a fumar, ya que la publicidad está diseñada para hacer que el tabaco parezca atractivo y socialmente aceptable²⁰.

Se ha demostrado que ver personajes fumando en películas, programas de televisión y redes sociales aumenta la probabilidad de que los adolescentes perciban el tabaco como aceptable y adopten este comportamiento²¹. La intersección entre el tabaquismo, la adolescencia y el cine da lugar a una alarmante “violencia tabáquica” que merece la atención actualmente. La colaboración económica entre la industria tabacalera y el cine facilita un marketing que es difícil de evidenciar y aún más complicado de denunciar. Estrategias como la publicidad por emplazamiento y el posicionamiento de marca, contribuyen a este fenómeno. La influencia del cine y las series de televisión en el aprendizaje del tabaquismo es notable, ya que históricamente ha predominado la representación del tabaco, mientras que las obras que se oponen a su consumo son escasas. En las primeras etapas del tabaquismo, la seducción y la atracción son primordiales, y los medios audiovisuales a menudo desempeñan un papel crucial en esta tarea. Posteriormente, la nicotina establece un vínculo que puede persistir hasta el final de la vida²¹.

En el estudio realizado por Nian en 2023 en México²² se observó, que dos tercios de los 1427 adolescentes notaron exhibiciones de paquetes de cigarrillos en las tiendas. Los residentes de barrios con nivel socioeconómico bajo y medio mostraron una exposición significativamente mayor a publicidad de tabaco en comparación con aquellos de zonas de mayores ingresos, a través de diversos canales de marketing²². El análisis ajustado reveló que tanto los adolescentes no fumadores como los adultos fumadores que percibieron exhibiciones de paquetes de cigarrillos presentaron mayor susceptibilidad a iniciar el consumo (OR=1,8; IC 95%: 1,4-2,4) y un mayor consumo de cigarrillos (OR=1,7; IC 95%: 1,21-2,47). Además, los fumadores expuestos a publicidad tabacalera en múltiples ubicaciones mostraron una percepción significativamente menor de los riesgos asociados al tabaquismo (OR=0,9; IC 95%: 0,8-0,9).

Un estudio reciente²³ demuestra que el 83,2% de personas informó haber visto a personas fumando, el 61,6% observó logotipos identificables o anuncios explícitos y el 77,6% encontró publicidad indirecta de productos en las redes sociales. En particular, la exposición a publicidad de productos de tabaco convencionales (AOR=1,71; IC del 95%: 1,27–2,30) surgió como la variable más significativamente asociada con una mayor probabilidad de consumo de tabaco. Además, la exposición a publicidad relacionada con nuevos productos de tabaco (AOR=2,47; IC del 95%: 1,90–3,21) se relacionó con una mayor probabilidad de consumo posterior. De manera similar, la promoción directa de estos nuevos productos también se asocia con una mayor probabilidad de consumo de tabaco convencional (AOR=1,58; IC del 95%: 1,21–2,07).

Específicamente, también los medios de comunicación demuestran ser una sensibilización continua y llamativa para el tabaquismo, además que el uso de las redes sociales, la televisión son de los principales medios de recreación para los adolescentes, así lo resalta De Haro et al.²³ en su estudio, donde un 67,0% de los encuestados consideró ver películas o series de televisión como una de sus principales actividades de ocio en casa, mientras que el 62,6% optó por las redes sociales; 97,5% fueron usuarios habituales de al menos un servicio de redes sociales. El 77,1% utiliza habitualmente al menos una plataforma VOD. En las redes sociales, nuevos productos de tabaco tenían las tasas más altas de exposición (ver a alguien fumar, publicidad directa relacionada con el uso de tabaco y colocación de productos de tabaco).

El estar expuesto al contenido social, publicidad o promoción del tabaco, aumenta el deseo y el riesgo para el hábito en los adolescentes aun no siendo fumadores. Resultados de un estudio en Estados Unidos demuestra este comportamiento, por ejemplo, los que nunca consumieron tabaco y que vieron publicaciones de amigos sobre nicotina/tabaco (odds ratio ajustado [AOR] =2,91 [intervalo de confianza [IC] del 95 %: 1,46, 5,82], p=0,002) o de celebridades o personas influyentes (AOR=2,77 [1,32, 5,84], p=0,007) tenían significativamente más probabilidades de iniciar el consumo de nicotina/tabaco que sus pares. Entre los usuarios anteriores, publicar contenido de nicotina/tabaco al inicio del estudio se asoció con la reanudación del uso (AOR = 1,77 [1,12, 2,80], p=0,014)²⁴.

Modelos que representan los determinantes para el tabaquismo en adolescentes

Sánchez JGS25 indica que los predictores o determinantes para el consumo de tabaco se organizan a nivel individual, familiar, académico y social, (Figura. 1). Así lo demostró en una revisión sistemática con un total de 20,540 participantes entre 10 y 19 años de edad.

A nivel individual, la búsqueda de sensaciones, el uso de alcohol, y el uso de internet fueron factores determinantes del consumo. La adolescencia temprana también se identificó como una fase de alta vulnerabilidad. A nivel familiar, el hecho de que los padres (en particular, la madre) fumen, junto con un estilo de crianza permisivo, elevan el riesgo de que los adolescentes inicien el consumo de tabaco. A nivel académico, factores como el bajo rendimiento escolar y el rechazo institucional tras el ingreso escolar fueron vinculados con una mayor prevalencia del tabaquismo. Socialmente, tener amigos fumadores o recibir ofertas de cigarrillos de amistades fueron los factores más influyentes.

Los autores destacan la importancia de programas de intervención temprana que promuevan el desarrollo de habilidades socioemocionales y mecanismos de afrontamiento saludables. Estos programas deberían enfocarse en factores de riesgo, como la influencia de pares y la estructura familiar, para mitigar la progresión del consumo de tabaco en la adolescencia. La implementación de estos programas podría disminuir los riesgos asociados y promover la calidad de vida en los jóvenes.

Esto se argumenta, también que los adolescentes aprenden comportamientos observando a otros, lo que significa que pueden adoptar el consumo de tabaco al ver que sus familiares, amigos o personajes de medios lo practican. Esta teoría puede usarse para explicar la adopción del tabaquismo como un comportamiento modelado. También se sugiere que los adolescentes pueden adoptar conductas de consumo debido a la presión de pares y el deseo de aceptación en un grupo social.

Otro modelo aplicado, es el de Determinantes Sociales de la Salud (DSS), con éste se sugiere que el consumo de tabaco no es meramente una decisión individual, sino que es el resultado de una compleja red de influencias sociales que interactúan a distintos niveles. Reflejar el tabaquismo a través del lente de los DSS permite ver más allá del adolescente como un individuo aislado y lo posiciona en un contexto de factores predisponentes, facilitadores y barreras que afectan sus conductas de riesgo²⁶.

En el nivel estructural, los DSS²⁷ revelan cómo el entorno económico y social impacta el tabaquismo. Los adolescentes de contextos socioeconómicos bajos suelen estar expuestos a entornos donde el tabaco es accesible y aceptado, además de enfrentar limitaciones en el acceso a educación, empleo, y oportunidades de desarrollo social. Esto puede generar un ciclo de vulnerabilidad en el cual el consumo de tabaco actúa como una salida o una respuesta frente a la adversidad, el estrés o la falta de oportunidades de progreso. La exposición a entornos donde el tabaco es común, o donde los padres y figuras de autoridad consumen tabaco, normaliza el hábito, disminuyendo las barreras perceptuales y aumentando la aceptación del tabaco como parte de su realidad social. (Figura. 2).

En el nivel comunitario, los DSS²⁷ resaltan la influencia de los pares y el ambiente escolar en la iniciación y mantenimiento del consumo de tabaco. Las investigaciones muestran que los adolescentes que socializan en grupos donde el tabaco está presente tienen más probabilidades de fumar, ya que el deseo de pertenencia y la presión social pueden superar las advertencias sobre los riesgos para la salud. Las escuelas y comunidades que no cuentan con programas activos de prevención del consumo de tabaco, o donde no se aplican políticas restrictivas efectivas, permiten la proliferación de comportamientos de riesgo. Además, la falta de espacios de recreación o actividades extracurriculares en muchas comunidades limita las alternativas positivas de interacción y entretenimiento, aumentando la probabilidad de que los jóvenes recurran a hábitos como el tabaco para llenar esos vacíos.

En el nivel familiar e interpersonal, los DSS reflejan la importancia del apoyo emocional y la estructura familiar en la prevención del tabaquismo. La ausencia de comunicación y supervisión parental efectiva se relaciona con mayores tasas de consumo de tabaco en adolescentes, ya que los jóvenes pueden buscar en el tabaco una forma de independencia o una vía de escape frente a conflictos familiares. Los adolescentes que crecen en familias donde los padres, hermanos o cuidadores fuman tienen más probabilidades de ver el tabaco como una conducta socialmente aceptable y adoptarlo, replicando los comportamientos observados en casa. Esto refuerza la noción de que el contexto familiar no solo actúa como un espacio de apoyo, sino también como un modelo de conductas y actitudes hacia el tabaco.

Finalmente, los DSS también consideran los factores de nivel individual, como la percepción de riesgo y la autoeficacia para rechazar el consumo de tabaco. Adolescentes que sienten que pueden manejar el estrés y la presión social tienen menos probabilidades de fumar, lo que indica la importancia de fortalecer la resiliencia y las habilidades de afrontamiento en los jóvenes como un mecanismo de prevención. En un contexto social que a menudo promueve o al menos tolera el tabaco, trabajar en el desarrollo de estas habilidades puede ofrecer a los adolescentes herramientas personales que contrarresten la influencia negativa de sus entornos.

A partir de la evidencia recopilada, se propone un modelo teórico propio enmarcado en un Diagrama Acíclico Dirigido (DAG) (Figura.3) y que será probado en un futuro con el análisis de datos a partir de la GYTS 2019 en Nicaragua.

CONCLUSIONES

Esta revisión narrativa evidencia que el tabaquismo en adolescentes es un fenómeno complejo determinado por múltiples factores. El entorno familiar se configura como el principal ámbito de influencia, donde la normalización del consumo y la disponibilidad de cigarrillos en el hogar facilitan la iniciación temprana. Paralelamente, el contexto social inmediato, particularmente el grupo de pares o amigos ejerce una presión significativa que condiciona la adopción del hábito.

Los medios de comunicación social son agentes que perpetúan el consumo, al presentar el tabaquismo como una práctica socialmente aceptable y deseable. Esta representación mediática, sumada a la accesibilidad física de los productos, crea un entorno que favorece la experimentación y mantenimiento del hábito.

Este trabajo destaca la importancia de abordar el tabaquismo en adolescentes desde una perspectiva ecológica que reconozca la interacción entre factores individuales, familiares, comunitarios y sociales en la iniciación y mantenimiento de esta problemática de salud pública.

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RCSEM Volumen 7, Número 11, ENERO - JUNIO 2025 ISSN: 2523 0042