Licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales, estudiante de posgrado, Universidad de Quintana Roo, México
Licenciada en Psicología Clínica, estudiante de posgrado, Universidad de Quintana Roo, México
Licenciada en Relaciones Internacionales, estudiante de posgrado, Universidad de Quintana Roo, México.
Dr. en Geografía, Profesor investigador, Universidad de Quintana Roo, México
La vulnerabilidad que viven las mujeres indígenas en la península de Yucatán ha quedado en evidencia a partir de la pandemia por COVID-19, debido a las condiciones de desigualdad y pobreza que vivían previo a la contingencia sanitaria, lo que se ve reflejado en el precario acceso a la salud que tienen. De ahí que se proponga mediante la caracterización de los contagios en mujeres indígenas, analizar las condiciones de vulnerabilidad frente a la pandemia por COVID-19 que debe enfrentar la población objeto de estudio. En el marco conceptual se discute cómo la desigualdad ha generado procesos de vulnerabilidad en cuanto a contagios, letalidad y acceso a salud de mujeres indígenas, en comparación con las no indígenas. En cuanto a la metodología, se trabajó con la base de datos de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud de México, donde se registran los contagios reportados de COVID-19. Esta base se encuentra desagregada a nivel estatal y municipal, así como por hospitales públicos y privados. Se analizaron los datos desde el primer caso, hasta el 30 de abril de 2021. Los resultados de la investigación fueron concluyentes en el sentido de que, en la mayoría de las variables analizadas como son los antecedentes de salud por hipertensión, diabetes, neumonía y embarazo, el acceso a la salud pública y privada, e incluso el porcentaje de fallecimientos por contagio, las mujeres indígenas se vieron más afectadas que las no indígenas revelándose un escenario de mayor vulnerabilidad para ellas.
The vulnerability of indigenous women in the Yucatan Peninsula has become evident since the COVID-19 pandemic, due to the conditions of inequality and poverty they lived in prior to the health contingency, which is reflected in the precarious access to health care they have. Therefore, it is proposed to analyze the conditions of vulnerability to the COVID-19 pandemic faced by the population under study through the characterization of infections in indigenous women. The conceptual framework discusses how inequality has generated processes of vulnerability in terms of infection, lethality and access to health care for indigenous women, compared to non-indigenous women. In terms of methodology, we worked with the database of the General Directorate of Epidemiology of the Ministry of Health from Mexico, which records the reported infections of COVID-19. This database is disaggregated at the state and municipal levels, as well as by public and private hospitals. Data were analyzed from the first case to April 30, 2021. The results of the research were conclusive in the sense that, in most of the variables analyzed, such as health history of hypertension, diabetes, pneumonia and pregnancy, access to public and private health care, and even the percentage of deaths due to infection, indigenous women were more affected than non-indigenous women, revealing a scenario of greater vulnerability for them.
Según datos del Gobierno Federal mexicano publicados en el Diario Oficial de la Federación (
Ante el aumento vertiginoso de los nuevos casos de COVID-19 no sólo en Asia, sino también en Europa y América del Norte, es para el 11 de marzo del 2020 que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró oficialmente un estatus de pandemia. Con esto, se recomendó una serie de medidas sanitarias de observancia obligatoria para los países miembros de la OMS, entre los que destacaron el lavado de manos, uso de cubrebocas y aislamiento social. Estas medidas, principalmente la del aislamiento, generó en el segundo cuatrimestre del 2020 un paro de actividades casi total en el mundo.
Los gobiernos nacionales optaron por detener todas las actividades excepto aquellas que se consideraron primordiales, como son los servicios médicos y de supermercados, lo cual produjo inestabilidad social, económica y de salud, puesto que se generó un ciclo de efectos negativos que aún no ha podido superarse. Las poblaciones vulnerables, marginadas y pobres, al no tener un ingreso fijo, debieron continuar con sus actividades económicas a pesar del aumento de los contagios.
Dentro de las poblaciones que padecieron mayor vulnerabilidad por la pandemia, ya sea, en términos de ingreso o por exposición y contagio, son las trabajadoras domésticas (
En México, el primer caso registrado por COVID-19 fue el 27 de febrero de 2020 (Secretaría de Salud, 2020); a partir de ahí, y al 21 de mayo del 2021, la cifra de contagios de acuerdo con
Ahora bien, de acuerdo con las bases de datos de la Secretaría de Salud
Por lo anterior, se propone como objetivo hacer una caracterización de los contagios por COVID-19 en mujeres indígenas de la península de Yucatán que permita visualizar las condiciones de vulnerabilidad.
La península de Yucatán es una región al sureste de México que está conformada por los estados de Campeche, Quintana Roo y Yucatán, abarca una superficie territorial de 141,714.50 km2 y una población total de 5,107,246 habitantes, según datos del Instituto Nacional de Economía y Geografía
En lo que refiere a la población objeto de estudio, las mujeres mayas, estimadas en el 48.6 % de la población en la región (
Asimismo, en la literatura hay evidencia empírica importa
En sentido de lo anterior, conviene rescatar la postura de la Organización Panamericana de la Salud (
La OPS señala que se hace necesaria la adopción de medidas especiales para su protección en el contexto de pandemia, reconociendo el racismo estructural y la discriminación histórica que estas personas viven, los menores ingresos económicos a los que se enfrentan, las complejas condiciones de vida y menores niveles de escolaridad, falta de acceso a servicios básicos como agua y saneamiento, bajos niveles de alfabetización, obstáculos o nulo acceso a los servicios de salud, mayor prevalencia de enfermedades crónicas, el menor acceso a las redes de seguridad social, la desconfianza generada por antecedentes de racismo y la alta informalidad laboral en estos grupos, lo cual revela un escenario bastante desolador que no se aleja de los resultados a los que se han llegado en este estudio.
En el lejano 1753, la Academia Dijon lanzó un certamen de ensayo que debiese responder a la pregunta ¿Cuál es el origen de la desigualdad entre hombres y este origen está autorizado por la ley natural? El manuscrito que se laureó fue el Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres (Rousseau, 1999). En dicho texto, Rousseau pugna por la idea de que el sujeto humano natural, es decir, el individuo sin interacciones con la sociedad tiende a ser de buen carácter y noble, sin embargo, el hombre social, es decir, el que interacciona con la sociedad, es egoísta y ve por su propio bien. Lo que da pie al surgimiento de las desigualdades: la desigualdad natural y la desigualdad moral o política.
Rousseau (1999) señala que las propias dificultades del entorno natural, como el clima o la protección de los animales u otros humanos obligaron por un lado a la generación y apropiación de conocimiento y la tendencia a la mejora o perfectibilidad de su estatus; por otro lado, surgieron también asociaciones, familias y la necesidad natural de comunicarse, es decir, surge la concepción de comunidad y de la propiedad.
La perfectibilidad como mecanismo para adaptarse al entorno natural generó una especie de competencia entre individuos, familias y comunidades, es decir, se conceptualizan categorías para buscar a los elementos más o menos destacados, según convenga. Para Rousseau (
Esta necesidad de proteger la propiedad resultó la piedra angular de la acumulación y la desproporción en la distribución de la riqueza entre aquellas familias o comunidades con mayores recursos. Así también, este esquema de acumulación en términos de comunidad o familias que Rousseau denunció no ha cambiado mucho.
De acuerdo con
En ambos casos, la desigualdad está implícita en aspectos externos. Por ejemplo, el acceso a educación no es un piso parejo en países en vías de desarrollo, esto se ve reflejado en que según estimaciones de UNESCO
Otro aspecto implícito en la desigualdad es el acceso a salud
Ahora bien, convendrá analizar el concepto de vulnerabilidad para poder abordar el contexto de desigualdad en que se sitúa la población objeto de estudio. Feito (2007) señala que la vulnerabilidad es un concepto que se asocia a la fragilidad y la capacidad que tiene el humano de recibir daño de manera individual, o en su conjunto como sociedad, y que esta fragilidad viene del medio en donde se desenvuelve el ente vulnerable, es decir:
La vulnerabilidad se ha
ido asociando no sólo con las condiciones del individuo, sino cada vez más, con
las condiciones del medio (ambientales, sociales o de otro tipo) en que su vida
se desarrolla, dando lugar a la necesidad de incorporar los aspectos
socioculturales en la comprensión de este concepto. De ahí que se hable,
frecuentemente, de poblaciones vulnerables, para referirse a aquellos grupos de
personas que, a consecuencia de las condiciones del medio en que viven, están
en una situación de mayor susceptibilidad al daño. (Feito,
2007, p.8) Estas condiciones que señala la autora son conocidos como espacios de vulnerabilidad, los cuales “exponen a las personas a mayores riesgos, a situaciones de falta de poder o control, a la imposibilidad de cambiar sus circunstancias, y, por tanto, a la desprotección” (Feito, 2007, p. 11). Para autores como Chambers Dicha afirmación obliga a repensar que, al menos para la segunda condición, la capacidad para hacer frente a una contingencia, la desigualdad juega un papel fundamental, puesto que la cantidad y flujo de recursos monetarios y no monetarios con que un individuo o una familia cuenten será determinante en la intensidad de daño que pueden o no recibir. Sobre esto, en la literatura existen dos posturas muy claras, por un lado, están autores como Castel ( Por su parte, está también la postura de autoras como Moser (
Para dar cumplimiento al objetivo, primero se accedió a la base de datos sobre contagios por COVID-19 en México perteneciente a la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud (
Esta base, contiene datos de los casos registrados en el país, con desagregación estatal, por hospitales públicos y privados en México, cuyo corte temporal abarca desde el primer caso y se amplía con las actualizaciones diarias hasta el 30 de abril de 2021[
Sector
Identifica el número de sector del
Sistema Nacional de Salud que brindó la atención
4.- IMSS
5.-IMSS-BIENESTAR
6.-ISSSTE
7.-MUNICIPAL
8.-PEMEX
9.-PRIVADA
10.-SEDENA
11.-SEMAR
12.-SSA
Entidad_UM
Identifica la entidad donde se ubica
la unidad médica que brindó la atención
04-Campeche
23-Quintana Roo
31-Yucatán
Sexo
Identifica el sexo del paciente
1-Mujer
2-Hombre
99-No especificado
Resultado de Laboratorio
Identifica el resultado del análisis
de la muestra reportado por el laboratorio de la Red Nacional de Laboratorios
de Vigilancia Epidemiológica
CATÁLOGO: RESULTADO_ LAB
Edad
Identifica la edad del paciente
NÚMERICA EN AÑOS
Fecha_DEF
Identifica la fecha en que el
paciente falleció
AAAA-MM-DD
Indígena
Identifica si la paciente se autoidentifica como una persona indígena
CATÁLOGO SI_NO:
1-Sí
2-No
97-No aplica
98-Se ignora
99-No especificado
Intubado
Identifica si la paciente requirió de
intubación
CATÁLOGO: SI_ NO
Neumonía
Identifica si la paciente se le
diagnosticó con neumonía
CATÁLOGO: SI_ NO
Embarazo
Identifica si la paciente está
embarazada
CATÁLOGO: SI_ NO
Diabetes
Identifica si la paciente tiene un
diagnóstico de diabetes
CATÁLOGO: SI_ NO
EPOC
Identifica si el paciente tiene un
diagnóstico de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica
CATÁLOGO: SI_ NO
Asma
Identifica si el paciente tiene un
diagnóstico de asma
CATÁLOGO: SI_ NO
Inmunosuprimidos
Identifica si el paciente presenta
inmunosupresión
CATÁLOGO: SI_ NO
Formato
Hipertensión
Identifica si la paciente tiene un
diagnóstico de hipertensión
CATÁLOGO: SI_ NO
Otras
complicaciones
Identifica si el paciente tiene
diagnóstico de otras enfermedades
CATÁLOGO: SI_ NO
Problemas cardiovasculares
Identifica si el paciente tiene un
diagnóstico de enfermedades cardiovasculares.
CATÁLOGO: SI_ NO
Obesidad
Identifica si la paciente tiene un diagnóstico
de obesidad
CATÁLOGO: SI_ NO
Renal crónica
Identifica si el paciente tiene
diagnóstico de insuficiencia renal crónica
CATÁLOGO: SI_ NO
Tabaquismo
Identifica si el paciente tiene
hábito de tabaquismo
CATÁLOGO: SI_ NO
UCI
Identifica si la paciente requirió
ingresar a una Unidad de Cuidados Intensivos
CATÁLOGO: SI_ NO
Una vez realizado el análisis de datos, se separaron los resultados para su interpretación en tres grupos: datos generales, sector salud y antecedentes de salud. Para todos los grupos se realizó una comparación a nivel peninsular entre mujeres indígenas y no indígenas, asimismo se compararon los resultados a nivel estado. De lo anterior, se obtienen los siguientes resultados.
En este grupo se calculó lo siguiente: cantidad de mujeres contagiadas, número de recuperadas y cantidad de fallecimientos. En cuanto a los contagios por COVID-19, a nivel peninsular se contaron un total de 25,792 casos, de estos, 24,230 fueron mujeres no indígenas; mientras que 1,562 fueron mujeres indígenas, es decir que, de cada 100 casos de mujeres contagiadas, 6.44 fueron mujeres indígenas. Cabe destacar que estos casos van de los 0 hasta los 103 años, lo que permitió obtener las siguientes estadísticas
Ahora bien, en lo que refiere a mortandad asociada a COVID-19, se registran 259 muertes de mujeres indígenas, y 2,122 muertes de mujeres no indígenas. De esta manera, del total de mujeres indígenas contagiadas falleció un 17%, mientras que, del total de mujeres no indígenas contagiadas, sólo falleció un 9%. En cuanto a las mujeres que fueron intubadas, tenemos un total de 817 en la península de Yucatán, de las cuales 55 eran indígenas y 762 mujeres no indígenas. En las tablas Asimismo, en cuanto a las mujeres que llegaron a la Unidad de Cuidados Intensivos - en adelante UCI-, fueron un total de 454 en toda la península de Yucatán, de la cuales 33 eran indígenas y 421 eran no indígenas, por tanto, mientras un 2.1% de las mujeres indígenas pasaron a la UCI, un 7.8% de las mujeres no indígenas tuvieron acceso a dicha unidad. Por último, cabe hacer presente que, a nivel de estados, el que mayores casos de intubadas presentó en mujeres indígenas fue el de Yucatán, mientras que en las no indígenas fue el estado de Campeche.
Promedio
Mínima
Máxima
Desviación estándar
Mediana
Moda
Indígenas
47.12
0
95
19.04
47.12
31
No indígenas
42.2
0
103
16.59
42.2
31
Estado
Total de casos
Sobrevive
Muertes
UCI
Intubados
Campeche
3,412
3,069
343
88
89
Quintana Roo
7,378
6,619
759
202
394
Yucatán
13,440
12,420
1,020
131
279
Total
24,230
22,108
2,122
421
762
Estado
Total de casos
Sobrevive
Muertes
UCI
Intubados
Campeche
3,412
3,069
343
88
89
Quintana Roo
7,378
6,619
759
202
394
Yucatán
13,440
12,420
1,020
131
279
Total
24,230
22,108
2,122
421
762
En cuanto a los sectores de salud en que se atendieron las mujeres contagiadas de la península de Yucatán, se reflejó que, tanto en las mujeres indígenas como en las no indígenas, el grueso de los casos se atendió en hospitales públicos federales y estatales, así como en hospitales públicos.
En cuanto a las mujeres indígenas, el sector al que mayormente acudieron a los hospitales de la Secretaría de Salud (SSA) con un 87.02% de los casos, mientras que los hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social - Bienestar (IMSS-Bienestar) atendieron el 7.14% de los contagios y los hospitales y clínicas IMSS lo hicieron con el 4.28%. El porcentaje restante se distribuyó entre el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de Trabajadores del Estado (ISSSTE), Pemex, Privada, Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y Secretaría de Marina (SEMAR).
En el caso de las mujeres no indígenas, el sector que mayor atención brindó fue el SSA con un 59.3% de los casos, seguido del IMSS con un 32.59% de los casos y en tercer lugar el ISSSTE con un 4.80% de los casos. Mientras que el resto de los casos fue atendido por el IMSS-Bienestar, servicio médico Municipal, PEMEX, Privada, SEDENA y SEMAR.
Las diferencias acerca del acceso a los servicios de salud son muy notorias, sobre todo si nos ubicamos en el sector privado, puesto que, en este, el total de mujeres no indígenas que recibieron atención médica fueron 455, mientras que en las mujeres indígenas solo en 5 casos pudieron atenderse en un hospital particular. Es decir que por cada 100 mujeres que tienen la posibilidad de acceder al sector privado en caso de contagiarse por COVID-19, solo 1 sería indígena.
Para este análisis se consideraron 12 variables: neumonía, embarazo, diabetes, EPOC, asma, inmunosupresión, hipertensión, cardiovascular, obesidad, renal crónica, tabaquismo y otras complicaciones.
Pese a que la neumonía se considera uno de los graves síntomas por COVID-19 y no como un antecedente de salud, se analiza en este grupo. De lo anterior se encontraron los siguientes resultados generales en la península de Yucatán:
Condición
Campeche
Quintana Roo
Yucatán
Total
Porcentaje
Embarazo
3
13
58
74
4.74%
Diabetes
30
59
242
331
21.19%
EPOC
10
12
42
64
4.10%
Asma
4
12
69
85
5.44%
Inmunosuprimidas
0
5
13
18
1.15%
Hipertensión
25
68
311
404
25.86%
Condición
Campeche
Quintana Roo
Yucatán
Total
Porcentaje
Otras complicaciones
1
7
26
34
2.18%
Problemas cardiovasculares
0
1
21
22
1.41%
Obesidad
24
45
285
354
22.66%
Renal crónica
0
4
21
25
1.60%
Tabaquismo
0
6
9
15
0.96%
Neumonía
24
61
220
305
19.53%
Condición
Campeche
Quintana Roo
Yucatán
Total
Porcentaje
Embarazo
68
303
274
645
2.66%
Diabetes
560
1157
1626
3343
13.80%
EPOC
57
55
158
270
1.11%
Asma
138
373
605
1116
4.61%
Inmunosuprimidas
52
99
104
255
1.05%
Hipertensión
656
1499
2442
4597
18.97%
Otras complicaciones
59
258
339
656
2.71%
Problemas cardiovasculares
55
112
227
394
1.63%
Obesidad
655
1499
2153
4307
17.78%
Renal crónica
58
143
238
439
1.81%
Tabaquismo
83
221
308
612
2.53%
Neumonía
135
1278
1020
2433
10.04%
En la base de datos se pudo observar que, en cuanto a las enfermedades menos comunes como es la inmunosupresión, problemas renales crónicos, cardiovasculares y otras complicaciones, las mujeres indígenas y no indígenas presentan resultados bastante similares; en inmunosupresión un 1.15% en las mujeres indígenas, versus un 1.05% en las no indígenas; en renal crónica un 1.6% versus un 1.81%; en cardiovascular un 1.4% versus un 1.6%; y en otras complicaciones un 2.2% versus un 2.7%, lo cual evidencia que en estas cuatro variables analizadas, se encontraban las mujeres de la península de Yucatán, en condición de salud similar, sin mayor ventaja para ninguno de los dos grupos.
En lo que refiere a tabaquismo, las mujeres no indígenas eran más afectadas por esta condición con un 2.7%, mientras que las indígenas lo fueron con 0.96%, lo cual no es extraño debido al componente psicosocial en la cultura occidentalizada, sin embargo, sí fue llamativo que para las mujeres indígenas fue más probable desarrollar EPOC debido a que en la zona maya el uso de fogón o estufas de leña son muy comunes.
Respecto a las otras 6 variables: diabetes, hipertensión, obesidad, asma, neumonía, y la condición de embarazo, las mujeres indígenas de la península de Yucatán, se encontraban considerablemente más afectadas que las mujeres no indígenas. Por ejemplo, en lo que refiere a diabetes[
Finalmente, respecto a la variable embarazo, también se revela una llamativa diferencia entre las mujeres no indígenas e indígenas de la península, mientras que de las primeras sólo un 2.66% se encontraban embarazadas, casi el doble de las mujeres indígenas, un 4.74%, estaban embarazadas.
Las condiciones de desigualdad y vulnerabilidad de las que son objeto las mujeres indígenas en México quedan evidenciadas con los resultados de esta investigación, debido a que, por un lado, en el ámbito regional de la península de Yucatán se concentran las cifras más altas de contagios en población indígena de México. Y, por otro lado, si bien, el número de mujeres indígenas contagiadas es menor a las no indígenas, al momento de enfrentar padecimientos de salud, las primeras son las más vulnerables, tanto por sus condiciones estructurales como por sus padecimientos previos, en virtud de ello se ven en mayor dificultad al momento de sobrellevar enfermedades que emergen y se dispersan en la sociedad, como es el COVID-19.
Las condiciones de falta de infraestructura y de desigualdad en el ingreso se vuelven evidentes en las formas de acceso a la salud, la población más pobre y vulnerable debe acceder a servicios de salud universalizada federales (IMSS-Bienestar) o bien en hospitales generales, lo que implica que acceden a este servicio no por la vía de empleo con prestaciones laborales, sino por los esfuerzos que en México se han hecho desde hace más de 10 años para hacer universal el servicio de salud con programas como Seguro Popular y Salud y Bienestar.
Lo interesante de esto es que estos hospitales generalmente se localizan en zonas urbanas (Mérida, Cancún y Campeche son los más grandes en la península de Yucatán) y no en localidades rurales e indígenas, lo que dificulta también el acceso a servicios de salud.
Otro factor de vulnerabilidad que se diferencia con claridad entre mujeres indígenas y no indígenas es que, en el caso de las primeras, existe mayor propensión a manifestar condiciones preexistentes de deterioro en la salud tales como neumonía, diabetes, hipertensión y obesidad. Esto nos lleva a reflexionar y analizar las oportunidades de vida de cada grupo, porque mientras que de las mujeres contagiadas no indígenas falleció un 9%, de las mujeres indígenas murieron el 17% y estas condiciones previas pueden ser consecuencia de esos padecimientos. Conviene también destacar que las mujeres en su rol de madres y cuidadoras de otros enfermos se vuelven aún más vulnerables, especialmente aquellas con condiciones médicas especiales como las embrazadas.
De esta manera, el COVID-19 nos ha permitido visibilizar que esa realidad de mayor vulnerabilidad por desigualdad en el acceso a servicios de salud pública, que los autores que se revisaron en el apartado teórico describen, es aquella en que las mujeres indígenas de la península de Yucatán han vivido, y con mayor impacto a partir de la pandemia. Resulta evidente, que este grupo de mujeres, a consecuencia de las condiciones del medio en que viven, están en una situación de mayor susceptibilidad al daño, y se hace urgente que se instrumenten políticas de protección.
Por todas las razones expuestas, es que se hace urgente y necesario que, en la península de Yucatán, se adopten políticas públicas que logren garantizar a las mujeres indígenas que la habitan, un real, equitativo, igualitario, incluyente e inclusivo acceso a la salud, de conformidad con los compromisos que en derechos humanos los Estados han adoptado.