https://rcientificaesteli.unan.edu.ni
DOI: https://doi.org/10.5377/farem.v0i36.10608

Enfoques de la educación artística en la Escuela Secundaria para Nicaragua

Approaches to art education at the High School for Nicaragua

Anna Danilovna Medrano Martínez1
amedrano@unan.edu.ni

Recibido: 14 de octubre de 2020, Aceptado: 09 de diciembre de 2020

1 Facultad de Educación e Idiomas, Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, Managua.


RESUMEN

El presente artículo es un sub capítulo de la fundamentación teórica de la tesis doctoral, titulada Efectividad de la carrera Cultura y Artes de la Facultad de Educación e Idiomas, UNAN-Managua en la formación del profesorado de enseñanza artística y cultural para la educación secundaria nicaragüense. El estudio corresponde al paradigma sociocrítico se fundamenta en el enfoque hermenéutico- interpretativo en el análisis teórico y experiencia profesional del área de estudio, lo que permitió contextualizar los argumentos relevantes en el campo de las necesidades de la ilustración artística en los nuevos modelos educativos del siglo XXI, la características de estas disciplinas en los procesos de interconexión entre las materias de los currículos escolares y las competencias que desarrolla el estudio de las artes, para la comprensión sociocultural y cognitivo en todas las esferas de la formación del ciudadano, refuerza la necesidad objetiva en el desarrollo de la creatividad como base de la innovación en todos los contextos dentro de una sociedad en distintos campos profesionales; para Nicaragua como una nación en vías de un creciente desarrollo, la transformación curricular que integra los componentes artísticos en las escuelas muestra la importancia que sus aportaciones generan en las múltiples disciplinas de la formación académica.

Palabras clave: arte; educación; currículo.

ABSTRACT

This article is a sub-chapter of the theoretical foundation of the doctoral thesis, entitled Effectiveness of the Culture and Arts career of the Facultad de Educación e Idiomas, UNAN-Managua in the training of teachers of artistic and cultural education for Nicaraguan secondary education. The study corresponds to the socio-critical paradigm is based on the hermeneutic-interpretative approach to theoretical analysis and professional experience of the area of study, which allowed contextualization of the relevant arguments in the field of the needs of artistic illustration in the new educational models of the 21st century, the characteristics of these disciplines in the processes of interconnection between the subjects of school curricula and the competencies developed by the study of the arts , for sociocultural and cognitive understanding in all areas of citizen formation, reinforces the objective need in the development of creativity as the basis of innovation in all contexts within a society in different professional fields; for Nicaragua as a nation in the process of increasing development, the curriculum transformation that integrates artistic components into schools shows the importance that its contributions generate in the multiple disciplines of academic training.

Keywords: art; education; curriculum.

INTRODUCCIÓN

Para comprender el enfoque de la educación artística en el contexto escolar es necesario hacerse la siguiente pregunta: ¿para qué se necesita el arte en la escuela? Una de las expresiones más acertadas a la cuestión planteada es de Nimiensky, (1987) quien sustenta la importancia de la educación artística en el sistema escolar para que las nuevas generaciones comprendan y le den el valor de preservación cultural, para poder identificarse dentro de la sociedad con valores de respeto y amor. El arte debe favorecer  la manera de vivir y percibir la vida reconociendo lo positivo y lo negativo, como elemento que permite establecer criterios en el comportamiento de la sociedad con la finalidad de mejorar los procesos de intercomunicación y cimentación constante de la cultura.

La educación es necesaria para reconocer la vida y saberla explicar, sólo a través de la educación para el arte se reconoce el entorno desde la perspectiva profundamente reflexiva en la comunicación de lo que percibe el artista plasmándolo en su obra y que el espectador es capaz de comprender, valorar e interpretar positivamente como elemento nutriente de su existencia. Comprender  que “dentro de las Bellas Artes se encuentran: el canto, la danza, la música, el teatro, la poesía, y las artes plásticas; estas últimas, consideran las áreas de dibujo, pintura, grabado, y escultura que actualmente se encuentran dentro de un rumbo muy específico denominado artes visuales”.  (Parres y Flores, 2011, p. 603).

Aquí se establecen los procesos educativos que rigen la educación secundaria, desde un análisis reflexivo de los modelos educativos implementados en el currículo de educación nacional nicaragüense. Así mismo se profundiza en el desarrollo histórico de los componentes artísticos integrados en los currículos de educación secundaria, su planteamiento, metodología, objetividad y proyección, para abordar los aportes fundamentales para la formación escolar que proporcionan las artes desde su correcta aplicación y práctica.

En la educación general escolar las artes juegan un papel multi e interdisciplinar, ya que su aplicación y finalidad en el currículo escolar las “dirigen al desarrollo de sentimientos, donde el disfrute da la belleza, de la naturaleza y la creatividad de la cotidianidad, expresen el mundo circundante con fantasía e imaginación y adquieren hábitos que contribuyan al disfrute de las relaciones interpersonales”. (López, 2011, p. 106), de la misma manera que refuerzan y preservan los valores de la cultura y amor por la creaciones que definen la estructura de la sociedad.  

MATERIALES Y MÉTODOS

La base de este sub capítulo de fundamentación teórica corresponde al enfoque sociocrítico desde la aplicación interpretativa de la investigación documental, cuyo principal objetivo radica en el análisis crítico del fenómeno estudiado en cuanto a la importancia que representa la enseñanza artística en el contexto de la educación general, principalmente como fundamento del currículo educativa de la escuela secundaria en la estructura socio cultural y educativo de Nicaragua. El acopio de distinta literatura; entre artículos científicos, tesis y libros que abordan de manera explícita la temática de interés, en concordancia con el análisis y experiencia del autor se procesó la información mediante la interpretación. 

RESULTADOS

Desarrollo histórico de las artes y su relación con la educación

Es inminente reconocer la práctica del arte a través de la historia de la humanidad y sus distintas connotaciones culturales que cada civilización ha desarrollado, planteando las aristas del arte en dos perspectivas genéricas y una tercera que se encamina a la principal pretensión de la educación artística en la escuela media.  Abordando la temática de las artes como una práctica social, eso incluye los patrones de conducta y lenguaje, ya sea cultural, emocional o político, que depende de la percepción del artista como la del espectador.

En principio la necesidad humana de comunicación propició las herramientas plásticas que hoy conocemos como las pinturas rupestres más antiguas monocromáticas, bicromáticas, hasta policromáticas encontradas en cuevas pertenecientes al periodo paleolítico. A medida de la evolución de la especie humana la forma de la concepción del mundo se ha ido visualizando desde las representaciones propias tanto del individuo como de la civilización, se convierte en perentorio la expresión de las emociones y la comunicación de estas de manera traducida a un lenguaje gestual, sonoro y plástico, que no es más que la capacidad de expresar las emociones que no se pueden dar a conocer mediante lenguaje verbal únicamente.

En términos de necesidad humana las artes juegan un papel de crecimiento que hace a esta especie única en la tierra, formando civilizaciones enteras, manera de vida y culturas específicas que individualizan las particularidades propias de cada etnia, universalizando las características de percepciones estéticas que se vuelven dinámicas, temporales o espaciales, pero que de toda forma capta la atención del que se ponga en contacto visual o auditivo con ellas. Así se comprende el arte en cualquier esfera evolutiva del ser humano, desde la necesidad comunicativa, como el crecimiento de la productividad según el contexto paradigmático al cual correspondan los dos actores fundamentales de la creación artística.

Dichos actores son el artista y el observador; el artista produce su obra con el fin de comunicar, el espectador se apropia de la imagen creativa y desea poseerla o convertirla en su propiedad, aunque esta ocurra únicamente en el momento preciso en el que se observa o se escucha. Para el artista su obra es su sustento, tanto emocional como económico, puesto que depende de la aceptación y reconocimiento del espectador, quien pagará por obtener el placer de observar o escuchar aquel elemento sobrenatural que le provoca delectación emocional. 

Estos son aspectos genéricos de la concepción del arte, pero estas son mucho más que las dos premisas antes expuestas, pues filósofos como Aristóteles, Sócrates, Platón, hasta Friedrich Schiller, por mencionar algunos pensadores antiguos,  sustentan sus tesis en fundamentos artísticos, refuerzan la predominancia del arte en todas las esferas de la existencias y praxis humana, aunque las inteligencias del ser humano lo ha llevado a orientar el arte como mecanismo de dominio de muchas culturas, han diversificado su funcionalidad en las necesidades cotidianas y de identidad propia. Es así como se sustenta la cultura, a través de la actividad artística que varía según su tiempo, espacio paradigma y evolución, esta mantiene un común denominador que muestra todos los aspectos identificadores y primarios de su concepción.  

Entonces, se formula la interrogante ¿por qué en los currículos de educación básica y media el arte se ha visto como la cenicienta de los componentes de asignaturas? Para responder esta interrogante es necesario ubicarse en la historia de la evolución social y comprender que las civilizaciones se han constituido a través de la producción artística, se han forjado los avances tecnológicos y científicos gracias a la capacidad creativa de invención y comprensión del entorno. Por consiguiente, que la cotidianidad humana pretende constantemente la innovación y la creación de nuevos entornos que faciliten la subsistencia de la especie en el planeta, aunque con ello también han logrado destruir el medio ambiente.

Valorando la visión que se tiene en la actualidad para integrar las artes en el currículo escolar, responde precisamente a la orientación paradigmática y la perspectiva del ser humano que se pretende desarrollar para el futuro. En consecuencia, se presenta en Parres y Flores (2011) que “la educación por el arte subyace la concepción de que el arte se halla profundamente incorporado a los procesos de percepción, pensamiento y acción corporal” (p.604), elementos fundamentales para el ser humano crítico, reflexivo, creativo e innovador que apunta la educación contemporánea. 

Aun  incluyendo de las artes en los currículos escolares como visión del estado, se  presentan aspectos sensibles en cuanto a la orientación de estas en procesos metodológicos y orientativos desde los programas, ubicación en mallas curriculares y los objetivos asignados a la educación para el arte, más que el arte a la educación. Parres, et al (2011), Hernández (1996) y  Niamiensky (1987) señalan  que las debilidades en la comprensión de las educación artísticas por parte de algunas autoridades desenfoca la objetividad en el currículo escolar, generando desarticulación en el con los programas, determinando la inaccesibilidad al aprendizaje artístico si existe falta de talento y habilidades innatas para una de las disciplinas.

En el contexto de la sociedad moderna y los enfoques educativos socializadores y sensibilizadores de la cultura, se concibe visualizar las artes más que herramientas que favorecen el desarrollo de habilidades potenciando destrezas. Es necesario concebirlos  como procesos mucho más complejos de reflexión que conlleva a la crítica y comprensión de los comportamientos del entorno, para comprenderlo en el sentido de  constructos culturales que se interrelacionan a partir de la influencia de las interacciones y la comunicación.

Tales razones la educación por el arte debe adquirir un valor relevante en los currículos escolares, para que el individuo en formación pueda desarrollar una visión más amplia y humanizada de las bases que fundamentan las sociedades y su historia a través del tiempo, influencia y contextualización. A como lo muestran Niamiensky (1987) y Laferrière (1999) en que la educación artística en los sistemas escolares debe abarcar mucho más que aspectos didácticos facilitadores de aprendizajes en las distintas materias del currículo, estas deben ser relevantes, puesto que su aplicación es de carácter sensibilizador, crítico y reflexivo ante las formas de vida de las sociedades modernas.

Es necesario que las personas desarrollen criterios sólidos de la preservación de la vida, empatía ante la naturaleza y la sensibilidad de reconocer lo bello y lo artístico que nutre la fase espiritual del ser humano. Los maestros asignados a impartir artes carecen de metodologías y orientación especializada de focalizar estas en los ambientes escolares, que estén dirigidos a estudiantes de manera general, las exigencias educativas se enfocan en la producción artística de manera especializada; causa del fracaso en muchos aspectos en los estudiantes.

Los docentes se presenta en dos extremos; uno es un artista, con formación especializada, carente de conocimientos pedagógicos, que pretende que los estudiantes de las escuelas regulares se comporten como fueros artistas y discrimina a los que no muestran habilidades, sin la percepción del daño que causa en la formación y criterio respecto al arte. Otro aspecto, es  la asignación de horas para las clases artísticas, las que generalmente son de relleno en las cargas académicas de los profesores, muchas veces no tienen ni el más mínimo conocimiento del arte y en mejor de los casos buscan ayuda externa, otros utilizan estas horas para reforzar las materias básicas o simplemente de recreo. (Cruz, e Intxausti, 2013)     

Aunque la explicación de las dos vías parezca simple, esto lleva una dimensión más profunda, donde la formación del maestro para el arte presenta resistencia al cambio de metodologías en el contexto artístico, esto es debido al arraigo que las artes han desarrollado a través de una escuela escolástica y rígida a como lo definen Parres, et al (2011). Ejemplificando, lo encontramos en la escuela de ballet clásico, que exige una rigidez  y correspondencia a las obras  originalmente concebidas por el coreógrafo, esto obliga a la réplica exacta de movimientos y emociones del personaje y la originalidad se identifica en el talento del bailarín en la ejecución del personaje.

En la educación para el arte se sostiene que sólo los especialistas de una determinada área artística pueden responsabilizarse de conducir un proceso educativo que propicie el desarrollo de habilidades artísticas. En Parres, et al (2011) se observa  que estos definen dos aspectos de la educación artística integrada en los currículos escolares, una es la educación por el arte, la cual influye directamente en el desarrollo psicológico debido a su influencia directa sobre el pensamiento, percepción y acción corporal. Y la otra es de la educación a través del arte, la que enfoca el aprendizaje artístico con el fin de solventar las debilidades educativas del sistema escolar.

Lamentablemente es el patrón predominante en casi todos los sistemas educativos del mundo occidental, la educación artística es la Cenicienta de los currículos escolares, aunque se reconozca la importancia de la práctica artística en la escuela, también se margina la capacidad de su aprendizaje en el entorno escolar y su vinculación directa con las distintas materias del currículo. Se produce un efecto contrario de la actitud y el pensamiento con relación a las proceso más allá de la asociación o pensamiento asociativo de la estructura creativa de las artes, estas se encuentran intrínsecamente relacionadas con las distintas materias del currículo escolar a como lo expresan Ausubel y Novak (1993)

En todos los niveles escolares los estudiantes deben realizar actividades creativas en la demostración de los saberes, ya sea mediante exposiciones, proyectos o estructuras de obras gráficas que corresponden indispensablemente el uso de herramientas artísticas. No obstante la aplicación se sustenta en el contexto de la organización social y políticas,  a como plantea Camnitzer (2018), quien establece la diferencie del arte en el capitalismo, donde en la competitividad define la producción de la obra, no se considera relevante en términos de la escolaridad  y el arte en el socialismo, donde la producción artística se orienta en un enfoque comunicativo, adquiere un valor significativo y paralelo en las disciplinas escolares.

Se reconoce que Latinoamérica en su configuración política ha sufrido por siglos el abuso dominante de las colonias y estructuras militarizadas impuestas por los interese de los imperios, aspectos que influyeron significativamente en la cultura y transculturización de las primitivas esencias propias de la región. Al respecto, la educación ha tomado rumbos dispersos de su contexto real de cada una de las regiones, a como lo externan Burlatski, Gudózhnik, Ignatenko, Krasin y Martínez (1982)

También es revelador que, en grandes países de Latinoamérica, después de independizarse de la colonia española y conformando sus propias estructuras educativas, siempre han marcado su necesidad de copiar las pautas culturales-educativas de los países europeos. Estos copian los modelos educativos y las intenciones sociales de las bases ideológicas, pero transpoladas al contexto latinoamericano carecen de fundamentación lógica del modus vivendi de estas sociedades.

Pese a estas realidades, no se puede descartar la importancia de tomar conciencia de la posición que se tiene como sociedad moderna y en proceso de liberación ideológica a que tanto apunta Freire (1970), liberación que parte del pensamiento crítico- reflexivo y de la práctica dialéctica que debe asumir la sociedad latinoamericana. De esta forma, los mayores esfuerzos de preservar la cultura identificadora de la región será también la base de dicha liberación, por lo que no se descartar que las artes “forman parte de todas las culturas y son un ámbito importante de la experiencia humana, al igual que la ciencia, la tecnología, las matemáticas y las humanidades.” (Winner, Goldstein y Vincent-Lancrin, 2014, p. 25).  

Las artes en el currículo escolar

Es interesante la expresión del Pintor Pablo Picasso, citado por Morton (2001) quien expresa que “Cada niño es un Artista. El problema es cómo conservarlo una vez que crece” (p. 12). El apartado inicia con esta reflexión, debido a que la educación pese a todas sus transformaciones en el pensamiento paradigmático que está sujeta a las transformaciones sociales y las posiciones dogmáticas regentes los procesos educativos, estos que a su vez contribuyen a desarrollar las habilidades naturales o inhibirlas hasta suprimirlas. 

Visibilizando la iniciación en artes desde la perspectiva de los paradigmas que han orientado la educación en su contextualización histórica, identifican de manera reflexiva los aspectos de estas corrientes, y explican los procesos de integración en los currículos educativos con las constantes adecuaciones. De esta forma se establece el abordaje en el conductismo, señalado por Mercado y Sarmiento (2013), que la instrucción preconcebida muestran la formación artística aplicada desde la perspectiva técnica, los programas se conciben en dominar las técnicas de dibujo desarrolladas y aplicadas en las escuelas de artes de estilo meramente europeo, así como en la música el dominio del pentagrama y la escritura musical.

Aclarando, que la escuela solo concebía dos áreas de las artes que consideraba necesarias para la formación académica, la música y las artes plásticas. Estas asignaturas pretendían desarrollar una habilidad específica de estas materias,  donde las  lecciones se enfocaban en la repetición exhaustiva de las técnicas, en cuanto al dibujo, el estudiante debía repetir tal cual se mostraba en la representación original y combinar los colores de la misma manera como se presentaban en el cuadro modelo, imagínese el problema que representaba esto para un daltónico, en música la enseñanza se centraba en la escritura musical y práctica de escalas, que en la comprensión armónica de esta. Las clases de danza y de teatro no se consideraban necesarias para la formación escolar.

Pese a las dificultades que este modelo pueda presentar a la educación y la aplicación de las artes en este, se reconoce que además de la mecánica forma de aprendizaje se presentaba una relevancia exquisita por el reconocimiento de las obras clásicas que han marcado la historia de la humanidad. Dichos aspectos de manera intrínseca permitieron el reconocimiento y el aprecio por las especializaciones artísticas, aunque también se produjeron semblantes discriminativos, ya que se consideró al artista otra categoría y no siempre alcanzable.

El arte desarrollado en la escuela conductista también se normaba bajo los criterios establecidos por las metodologías de la conducta, actitud y responsabilidad, así como la evolución de los aprendizajes respondía a la perfección de la réplica de la obra. Aquí vale la pena aclarar que no se hacía ninguna diferenciación metodológica de la enseñanza en la escuela de formación general y la de la escuela especializada de artes o conservatorio musical ya que los profesores de estas asignaturas no poseían competencias pedagógicas por ser artistas o especialistas en artes, egresados de academias específicas. 

Después de lo expuesto anteriormente, se presenta la interrogante de ¿por qué la educación artística no cumple el mismo valor de las ciencias en los procesos formativos escolares? Esta cuestión no ha sido una polémica, por el simple hecho que las artes se vieron de manera disgregada de las ciencias, principalmente en el periodo medieval, donde se les atribuyo una categoría de sentido inferior y ciertamente peligroso debido a que despertaba pensamientos impuros.

Partiendo de esta idea impura, se recuerda al padre del positivismo Augusto Comte quien busca la positividad y decreta los tres estados de la conciencia, en el primer estado la evidencia el teológico o ficticio; en él se ubican las creencias religiosas principalmente y es el momento más discriminado de esta teoría, ya que la posición del exponente se dirige a la crítica desmesurada y al fanatismo dogmático al que recurren las personas en busca de explicarse la vida que llevan. Esta corriente pertenece al existencialismo.

Otro aspecto señalado por Comte (s.f.) es ubicar la fase metafísica o abstracta, este supera el primero, pero aún no es considerado el máximo, en su último momento, denominado estado positivo o real, en este es el que se ubican las artes, y en su planteamiento hace una crítica a la desarticulación que ha hecho la sociedad de la ciencia y las artes, en lo que externa qué: 

Importa, sobre todo, reconocer, a este propósito, que la relación fundamental entre la ciencia y el arte no ha podido ser hasta aquí comprendida de un modo conveniente, incluso en las mejores mentes, por una consecuencia (de la insuficiente extensión de la filosofía natural, todavía ajena a las investigaciones más importantes y difíciles, las que conciernen directamente a la sociedad humana (Comte, s.f. p. 14)

Esta idea de Comte evidencia su concepción de las artes, la cual las ubica en la misma posición de las ciencias. Lo planteado, se ha manejado en el mundo artístico, principalmente cuando se relaciona estrechamente con la ciencia, donde las artes y las ciencias se complementan de manera unilateral. Por más descabellado que pueda parecer, ambas nacieron bajo el mismo contexto y comparten las mismas características propias y exclusivas de las actuaciones y trascendencias de los seres humanos.

De estos postulados con claridad se define que la educación en artes desde la perspectiva conductista está contemplada de manera positiva en los currículos educativos, su aplicación metodológica es conductual no creativa, basa los fundamentos en el reconocimiento de las obras artísticas y en la comprensión de estas, provoca en el estudiante la fascinación por las creaciones, pero no permitiéndole proyectarse en la posibilidad de ser él un posible creador del arte. 

La posición del profesor de artes en la escuela bajo este paradigma se plantea de manera academicista, las clases se imparten en la misma forma que en una academia de artes o conservatorio. El docente es el artista, sin nociones pedagógicas, lo cual provoca una docencia desordenada, esquemática, puesto que este repite método con el que le enseñaron y de esta manera, la enseñanza no varió mucho en el currículo de enfoque histórico, puesto que se aplicaba igual  la enseñanza de las artes, excepto que aquí adquiere un valor nuevo, a través de las expresiones creativas las personas comunican los semblantes de la cultura y pensamiento que el individuo posee. 

Desde la perspectiva cognitiva la educación artística se percibe como potencial para el desarrollo intelectual, y parte de las inteligencias múltiples a como señala Gardner (1993). El énfasis del estudio de las artes en la escuela adquiere una connotación de desarrollo de habilidades funcionales para posibilitar la apropiación de aprendizajes.  Morton (2001), externa que la comunicación se debe ver desde la perspectiva de “la organización del sonido como lo hace un compositor, organizar el movimiento del cuerpo como lo hace un bailarín, organizar las cualidades visuales como lo hace un pintor o un escultor”, de igual manera que las operaciones verbales” permitiendo superar “la dicotomía entre pensamiento y sentimiento” (p. 12) 

Es interesante la explicación que hace Carretero (1997), a cerca del abandono escolar, planteando que este ocurre producto de la brecha que existe entre la educación primaria y secundaria. Vista esta última en un sistema comunicativo e interactivo donde el maestro tiene definidas las secuencias y articulaciones de las asignaturas entre sí, mientras que el sistema de secundaria divide las asignaturas por bloque de enseñanza, y se integran distintos docentes en el aula de clase respondiendo por una asignatura en particular. Esta división, sumada la complejidad de los contenidos, orienta a la instrucción más que al desarrollo de habilidades y competencias, resultando traumático para los estudiantes. 

La finalidad de la educación artística en la formación general

Se reflexiona en torno a la idea de que “Los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la reflexión” (Freire, 1970, p100), esta idea señala las habilidades que propician las artes en todos los contextos del desarrollo humano, así López (2011) refiere que:

El conocimiento de la historia de la cultura que debe tener todo educador, para así alcanzar una cultura general Integral como máxima […] y en este tema se hizo hincapié en la importancia que representa para los estudiantes y docentes conocer sobre el arte, la cultura universal y nacional hasta llegar a la comunidad donde se enclava la escuela, para lograr una correcta integración de los valores identitarios y culturales en las nuevas generaciones (p. 108)

Es esencial referirse a la educación cultural y artística en la escuela desde su verdadero valor y significado para la educación, se explica entonces la diferencia que se debe marcar claramente entre los procesos educativos en el contexto profesionalizante del arte y el de su estudio como aporte a la formación general, justificando su razón, en la intención central del fundamento educativo, a través de la vinculación práctica que permite ejercer en los procesos de enseñanza-aprendizaje.

En este sentido Parres, et al, (2011) señalan que la educación artística en con la orientación integradora, lo que indica que tenga un sentido de interconectividad con las demás materias o áreas de estudio en el proceso escolar, adquieren capacidades reflexivas superiores para resolver situaciones concretas, con actitudes creativas, a la vez que se reconocen con todas sus capacidades lo que “nos lleva a pensar en la viabilidad de considerar el vínculo entre el aprendizaje del arte y el desarrollo de la autorregulación”. (p.607)

De esta manera se precisa que, en las escuelas de arte, se forman artistas que crearán metódicamente obras de arte, deben poseer aptitudes y vocación para realizarlas, en este caso los aspectos históricos y metodológicos fundamentarán su formación como artista. Pero en el sistema educativo básico y medio se acude a las artes para el desarrollo de habilidades físicas, cognitivas, espirituales y sentimentales, que construyen los pensamientos del individuo y refuerzan los aprendizajes de otras materias, con el fin de construir actitudes innovadoras. En este caso no se requiere de aptitudes artísticas específicas sino de tomar de las artes las esencias que permiten fortalecer los entornos creativos y sensoriales.

Lo expuesto se reafirma en lo expresado por Muiños (2011):

Para la construcción pedagógica de un área de conocimiento, las preguntas iniciales son por un lado las que se refieren al ámbito de implementación, entendido como nivel o ciclo, y las que interrogan acerca de su articulación en la formación general e integral o a una formación específica. En el caso del arte, éste tiene presencia en la formación general del sistema educativo y además en un sistema especial conformado por las escuelas de arte, en las que se educan especialistas en el campo. De esto resulta una diferencia cualitativa y significativa en el diseño curricular. (p.16)

Las artes en la escuela de educación general y la de profesionalización, se diferencian en su aplicación y planificación curricular. Por un lado, permite la generalización de las distintas maneras de manifestación, sólo se centra en el desarrollo específico de un área.  El estudio artístico en la escuela pretende aproximar a los estudiantes al conocimiento las distintas manifestaciones artísticas, como agentes sensibles capaces de percibir y comprender los mensajes que genera el análisis de obras, así como la complejidad en elaborarlas, las escuelas de artes llevan un lineamiento de formación técnica específica que desarrolla las habilidades naturales del estudiante en el sentido que este sea el creador de obras de arte.  

Tomando como punto de reforzamiento este planteamiento de expertos en la materia como Garden (1983), señalan los procesos de aprendizaje como aspectos particulares de la persona, aunque se afirman las capacidades y el interés de manera general de todo individuo, no todos tienen el mismo ritmo y capacidad de aprendizaje, entonces la idea central es potencializar de manera general la posibilidad de construcción de saberes que permiten el aprender a aprender y emprender a través de la creatividad.

Hernández y Sánchez (2000) establecen que la actividad artística es un medio que establece el diálogo entre “el entorno físico y el social del individuo, desarrollando en él capacidades creativas, a la vez que contribuye a que adquiera una actitud estética hacia el medio” (p. 9). Por lo consiguiente el estudio de las artes ayuda en la construcción del pensamiento, es un método de expresión a la vez que proporciona la capacidad de analizar esta forma de lenguaje, “condiciona su percepción, estructura su pensamiento, le proporciona un lenguaje expresivo, le permite desarrollar su creatividad y estimula su fantasía e imaginación.” (p. 9)  

Reforzando la idea anterior Díaz, Llamas y López (2016) citan en torno a la creatividad e inteligencias múltiples a Gardner (2010) el cual exige que la inteligencia y creatividad no se deben considerar de manera aislada, tampoco hay un tipo único de inteligencia y de creatividad. Así los autores refuerzan lo expuesto por Gardner (2005):

“La educación centrada en el desarrollo de la mente creativa tratará de no reprimir los errores, mostrar un carácter abierto, ofrecer representaciones múltiples y diversas de una misma entidad de estudio y fomentar el entusiasmo por la exploración. En el futuro se rescatará y valorará el papel de la creatividad -cultivándose desde la educación- y surgirán nuevos aspectos a partir de las nuevas tecnologías, los cuales promoverán la producción de nuevas respuestas a problemas existentes de cualquier ámbito”. (Díaz, et al.2016, p. 10)

Esta posición se refleja en muchos contextos, en las bases de los sistemas educativos y los planes nacionales de desarrollo, como es el caso de Nicaragua que ha procurado integrar en el currículo de educación general la importancia de la educación artística en la escuela que se reafirma con la Visión y Misión de la Educación que presenta el Plan Nacional de Educación Nicaragüense, y en el que se externa qué:

Los nicaragüenses construimos un sistema educativo de excelencia que forme ciudadanos productivos, competentes y éticos, que, como agentes de cambio, propicien el desarrollo sostenible en armonía con el medio ambiente, e impulsen el aprendizaje permanente para convivir e interactuar en el contexto nacional e internacional en una cultura de paz y de justicia social; se sustente en los más altos valores cívicos, morales, culturales, equidad de género y de identidad nacional” (p. 18). Así mismo la Misión de la educación enfatiza en “Formar al ciudadano mediante un proceso educativo de calidad, integral, equitativo y permanente. (Plan Nacional de Educación, p. 18)

Estos planteamientos se realizan mediante la aplicación de todos aquellos elementos que nutren el currículo escolar, partiendo de la proyección que se tiene de la educación para formar agentes transformadores de su propio medio a través de la innovación y el emprendimiento. Esto será posible cuando se potencialicen las asignaturas que despierten los entornos creativos y que doten al individuo de conocimientos fundamentales sobre la cultura y su comprensión a través de la capacidad crítica que proporcionan las artes en la educación escolar.  

En cambio, la realidad que sucede se concreta de la manera que expresa Rodríguez (2011) en que las asignaturas del currículo escolar son de contenidos dispersos enfocados en la tecnificación, con énfasis en la producción favorable en el mercado de consumo y deja un espacio complejo para pensar y repensar su enseñanza, ya que desestiman el valor de la autoría y de las potencialidades de creer, crear y querer aprender. Son las realidades a las que se enfrentan la mayoría de los estudiantes, que en definitiva no logran encontrar la significancia en las materias del currículo y mucho menos concebirlas como elementos esenciales que les aportan para su vida social y profesional. 

Competencias que desarrollan las artes en la escuela

La formación psicopedagógica, así como la pertinencia metodológica y la instrucción acertada, en la implementación y estudio de las Artes Plásticas, Danza, Teatro y Música, son fundamentales en la enseñanza en un contexto de formación secundaria, a como se establece en el currículo de educación básica y media de Nicaragua, correspondiendo a las políticas educativas que se centran en la integralidad de los procesos formativos del ciudadano, como elemento transformador y constructor de la cultura, mediante las habilidades creativas que favorecen a la innovación en todas las esferas del desarrollo sostenible de la nación. 

Para abordar el tema de la competencia que desarrollan las artes es necesario definir cuáles son las competencias artísticas que fundamentan los procesos educativos, para esto es necesario identificar aquellos paradigmas que centren su atención en el desarrollo humano y social, ya que las artes son característicamente sociales, y a través de su praxis se logran adquirir aprendizajes mediante el descubrimiento del entorno y la construcción de nuevos saberes.  Así reforzando en base de a la idea de Jerome Bruner (1915- 2016) quien sostuvo que la práctica de algunas manifestaciones artísticas como la narración de cuentos, el teatro refuerzan aquellos aspectos de aprendizaje que deben ser comprendidos, y a esta idea se suman más teóricos que estudian las distintas maneras de aprendizajes que utilizan los seres humanos.

Se comprende que el desarrollo de la creatividad, es la capacidad de resolver problemas cotidianos o contextuales utilizando técnicas artísticas y con la posibilidad de desarrollar ideas y soluciones propias, aunque puede ser mucho más complejo definir los aspectos coadyuvantes de los procesos creativos. Estos dependen de las necesidades, posibilidades y contextos, pero todos ellos se aplican de manera artística, como lo manifiesta Hernández, et al, (2011) en la definición de la creatividad que se refieren a las herramientas según cada disciplina artística, en la cual, para las artes espaciales, son todos los artefactos externos que permitan plasmar plásticamente la idea y las temporales utilizarán su cuerpo como herramienta de creación artística.

Dados estos aspectos relevantes que muestra esta analogía de la concepción de las artes en las escuelas latinoamericanas, de las cuales muchas tienen la educación artística dentro de sus currículos escolares. Así, para la formación básica del individuo supone potencializar las habilidades psíquicas como fisiológicas, a la vez que desarrolla los aspectos socializadores de la educación, se encontró que la práctica danzaría posibilita al infante la comprensión de su propio cuerpo y su ubicación en el espacio,  descrito por Macara y Lozano (2009) , “por medio de la Danza, se puede potenciar la capacidad expresiva y comunicativa de los niños/as y satisfacer de esta forma las demandas motrices de sus cuerpos activos y pensantes”(p. 31).

La experiencia muestra que las habilidades visuales y las espaciales, mejoran a través de la práctica danzaria, aunque no existen pruebas científicamente relacionadas a estos aspectos, se ha notado en la práctica que los bailarines poseen mayor control de su cuerpo ante el uso de reflejos, los que incluso favorecen en el aprendizaje de manejo de distintos vehículos y maquinarias. Por otro lado la codificación y decodificación de símbolos se logra mejor en los bailarines, por la capacidad de agrupamiento que proporciona le secuenciación en el estudio y ejecución de las coreografías. 

La implementación de la danza en el currículo escolar es relativamente nueva desde la declaración de la UNESCO en el año 2006, a raíz de la cual en los currículos escolares se integraron las asignaturas artísticas abarcando la danza, teatro, música y artes plásticas, puesto que las materias  artísticas vistas históricamente han sido solamente las dos últimas, ciertamente por sus cualidades perceptivas, no obstante, algunos estudios han revelado que la práctica danzaría y el teatro precoz también aportan cualidades a la formación del individuo en el sistema básico de educación.

Es necesario referirse a que muchos de los estudios experimentales con la danza no han sido profundizados para determinar su incidencia en los aprendizajes, lo cual no niega las cualidades observadas en la práctica de este arte en el entorno escolar, donde se indican aspectos relevantes de lo que la danza aporta al individuo en su formación intelectual. Para autores como Macara, et al, (2009) y Winner, et al, (2014), la danza contribuye a los procesos creativos, fundamentales en los modelos educativos actuales, en donde es esencial la creatividad para la resolución de problemas reales o ilusionados, que sólo una mente imaginativa puede dimensionar en la fase abstracta para luego transferirla a una realidad del aprendizaje.

Freire (1970) refiere a esta función cíclica del pensamiento, como contexto de aprendizaje que debe permitir el desarrollo de esta habilidad. También “la mayoría de las personas, incluidas las que desarrollan las políticas educativas, consideran que la educación artística promueve la creatividad y posiblemente otras habilidades que propician la innovación” (Winner, te al, 2014, p. 5). Ambos describen que aunque existan pocos estudios relacionados y la esfera temática es estrecha, en los estudios experimentales se ha notado que la práctica de la danza aporta a las destrezas visuales, espaciales, que tiene estrecha relación con las habilidades matemáticas, para poder comprender el mundo complejo de la codificación y decodificación de fórmulas, comprensión de las dimensiones geométricas, son habilidades que se comprenden más a través de la experimentación física que permite la práctica danzaria.

En otra perspectiva, la socialización se logra mediante acciones de interacción humana, y la danza permite estas interacciones de manera orgánica, armónica e involucrativa, además que es el arte que mantiene estrecha relación con las demás disciplinas artísticas, se nutre y se acompaña del ritmo dinámico y agógico de la música, proporcionando el elemento plástico que crea una relación estética de la fusión de las mismas, de tal manera que la danza para niños provee “estímulos esenciales para entrar en el mundo de la fantasía y la magia se deben ser abordados para motivar la libertad de expresión y la autosuficiencia”  (Macara,  et al,  2009, p.30)

El teatro en la escuela como disciplina se presenta al igual que la danza a penas  a partir de la declaración de la UNESCO antes señalada, aunque la praxis de este arte siempre ha estado presente en la práctica escolar, de manera extra curricular, pero lo más importante es que se han implementado las técnicas teatrales para el estudio de diversos aspectos relacionados a la literatura e historia, Winner, te al, (2014) afirma que la educación teatral en el aula a través de representaciones de las narraciones “fortalece las habilidades verbales” (p. 9), también externa que no existen evidencias que muestren la vinculación de esta disciplina con el desarrollo de habilidades académicas generales, se ha notado que a través de la implementación de técnicas teatrales se enfatiza en la empatía, aspecto inherente de la humanización.  

Partiendo de lo anterior se concluye que no se puede enseñar teatro, este arte no puede ser tratado desde el enfoque academicista ya que lo tornaría en mecánico y no reflexivo, en la escuela o dentro del currículo escolar su función es activa, ya sea como herramienta didáctica, materia, o practica cultural. Se debe considerar como recurso de la actividad dramática y reflexión histórica-social, que a la vez ubica al estudiante en la vivencia de los hechos generando la capacidad empática asía el personaje o representaciones de personas, con la finalidad de poder transpolar la emoción al entorno real de la sociedad.

Como herramienta didáctica, en el trabajo de improvisación se desarrollan aspectos creativos y reflexivos del individuo involucrado, el juego de roles, favorece la empatía, la vocalización es un trabajo que involucra varias destrezas a desarrollar, incluyendo las de inhibición ante un auditorio, con el fin de vencer la timidez y la inseguridad. Comúnmente se confunden los términos de dramatización y de teatro, aunque no se pueden desvincular unos de los otros, pero se debe tener una clara perspectiva de la intencionalidad en la educación para evidenciar los dos aspectos necesariamente trabajados en el contexto socializador y creativo de la educación.

Desde las representaciones del trabajo pedagógico y su incidencia en la formación del individuo el teatro proporciona eminentemente capacidades en las personas para que estos sepan utilizar al máximo todas las propiedades sensoriales, afectivas y cognitivas de su organismo dentro de su entorno. Paré (1977) citado por Laferrière (1999). En este sentido, es necesario el estudio de las manifestaciones teatrales populares y de índole folclórica, como fundamento de la preservación, promoción y rescate de la cultura, principalmente en los países de Latinoamérica cuya identidad producto de la pluriculturalidad ha desarrollado nuevas maneras de expresión popular.

En cuanto a la música, como materia curricular, es el arte que mayor predominación ha mostrado en distintos modelos educativos y se ha abordado su aplicación desde los paradigmas predominantes en los contextos sociales. Desde la práctica escolástica la música se ha desarrollado como materia rígida de lectura musical, compases y matices estrictos que el estudiante debe dominar para ampliar su bagaje de ser culto, hasta las neurociencias que evidencia que la música influye directamente en las emociones y cumple una función armónica de su procesamiento, ya que de ahí la condición de aprendizaje se refuerza en la medida que el cerebro procesa la información.

En este sentido Ausubel. et al.  (1983) cuando se refiere a las inteligencias musicales, enfatiza en la capacidad de percibir los fundamentos dinámicos y agógicos que la música integra, esta capacidad permite al individuo situarse adecuadamente en el tiempo y dinámica requerida, además de potencializar la capacidad matemática de abstracción y decodificación de mensajes. Es posible asegurar que la música más que cualquier arte es percibida y capaz de influenciar directamente en las emociones y actividades cerebrales desde el momento de escucharla, a como se evidencia en la tesis de Piñeros (2016), que:

Al cerebro no le es indiferente la escucha de ciertos intervalos y, por el contrario, cuando en la música predominan los intervalos denominados Segundas y Terceras Menores, en el cerebro hay un predominio estadísticamente significativo de ondas Alfa y Ben los lóbulos frontales (p. 133).

Estas ondas son las responsables de la memoria, y se asevera que a través del uso del ritmo es posible memorizar conceptos y al escuchar el mismo ritmo, recuperar estos conceptos aun con el paso del tiempo. Así, en todos los contextos educativos aplicado estrategias de aprendizaje con la utilización de elementos musicales, para lo cual no se precisa que el docente sea un músico a como lo afirma Lozano y Lozano (2007), es suficiente con la selección adecuada del material sonoro y su vinculación con el estímulo sensorial para lograr los aprendizajes requeridos.

Winner, et al (2014) argumenta que “La educación musical fortalece el coeficiente intelectual (CI), el desempeño académico, las habilidades fonológicas y la capacidad de escuchar en un ambiente ruidoso […] la educación musical puede facilitar el aprendizaje de lenguas extranjeras”. (p. 9). Puesto que la música desarrolla las habilidades auditivas que la posibilitan el aprendizaje del lenguaje materno y extranjero, así como su estudio requiere de concentración y disciplina fundamental del proceso académico escolar, no significa especialmente a la rigidez conductual, sino al grado de motivación y concentración en el proceso práctico del aprendizaje.

Si bien la música es un arte cuyo principio es el ritmo presente en la naturaleza, en cuanto potencialización de capacidades sonoras y su transformación a la necesidad conveniente de comunicación y percepción empleada de manera consciente únicamente por los humanos, lo que difiere de los animales, quienes poseen las habilidades naturales, pero no las transforman en supremacías.  Es la naturaleza de la música, su forma estructurada y matemática, la que permite al cerebro moldearse plásticamente en la comprensión armónica de su hegemonía y es por esto que la práctica musical escolar es una herramienta necesaria para el desarrollo intelectual. 

Las artes plásticas o espaciales, necesarias y presentes en los currículos escolares, cuyo fundamento ha sido comunicativo de los seres humanos, subyace en la observación de elementos plasmados en distintas bases o superficies, mantienen texturas y permanecen por periodos largos en el tiempo.  Se encontró que en la mayoría de los currículos escolares la integración de las artes plásticas ha estado presentes desde la educación inicial, se han considerado como las premisas del desarrollo de la motórica fina y la capacidad de expresión emocional, debido a que de esta forma las niñas y los niños evidencian su estado psíquico y emocional, también es indispensable la temática del estudio del arte como manifestación de la cultura.

Las expresiones artísticas temporales se muestran a través de la subjetividad de sus interpretaciones, las artes plásticas por ser espaciales se presentan íntegras a través del tiempo, y nos permiten identificar rasgos sustanciales del modo de vida de las etnias y su cultura, que para el estudio de la historia universal es imposible no referirse a la historia del arte, así como en todas las materias sociales del currículo escolar. El estudio de las artes plásticas principalmente es necesario para comprender las bases sociales, la identidad, la cultura y la percepción estética del mundo, sin dejar de lado la importancia de su práctica como elemento comunicativo desde la primera infancia.

Es evidente en el desarrollo evolutivo del niño que su primer acercamiento al mundo abstracto sucede en la necesidad de utilizar los pigmentos, ver su permanencia; cuando el niño entre un año y cinco rayan todo lo que puedan considerar que se pueda rayar. En los contextos educativos el uso del dibujo, coloreo incluso el trabajo con manchado, permite al niño identificarse en el plano creativo, según su edad evolutiva perfeccionará su técnica de comunicación siempre y cuando esta no sea obstruida por tendencias didácticas pragmáticas y tradicionales.

Los aspectos antes mencionados han sido observados desde la psicología y las neurociencias, Winner, et al (2014) prestan especial atención a la evolución en términos educativos y la manera como la práctica artística escolar ha favorecido los procesos creativos, demandados por la educación contemporánea. Se refuerza que las artes visuales optimizan el razonamiento geométrico y la apreciación de obras artísticas mejora “las habilidades para observación de las imágenes científicas, siendo esto un ejemplo típico de transferencia cercana de habilidades” (p. 10),

Otro aspecto a valorar, que plantean Giráldez y Pimentel (2011) es que debido a las cambios sociales y tecnológicos las expresiones artísticas también han tenido estas mutaciones, se deben visualizar de manera distinta y acorde al contexto al cual corresponden ya que “el arte de nuestro tiempo ofrece una sorprendente multiplicidad de manifestaciones y experiencias a cada paso” (p.11). la demanda de la producción artística, así como su entendimiento requieren de estas innovaciones.

En este estudio se hace especial referencia a las dos grandes rutas de la educación artística escolar, respecto al para qué sirve la educación por el arte y para el arte en los sistemas escolares, principalmente en el incipiente currículo de la educación nicaragüense, cuya disposición desde la formación docente para el perfeccionamiento de materias artísticas, deben estar coherentemente orientado a la finalidad práctica en la que se perciben las artes en la escuela, como fundamento del desarrollo cognitivo básico para la asimilación y construcción de saberes necesarios para la innovación científica, así como la comprensión del mundo circundante y su historia a través de la apreciación y comprensión de las obras artísticas en su permanencia y evolución. Nemiensky (1987)

CONCLUSIONES 

Las artes acompañan la evolución de las civilizaciones como mecanismos de comunicación cultural, influenciados por las ideologías y necesidades creativas en los aspectos mobiliares y decorativos hasta las de producción económica como parte de las industrias, que se han formado en el desarrollo tecnológico correlacionado con los descubrimientos científicos y que adquiere una connotación humanística en la formación de la cultura. Es por esto que su abordaje es indispensable en los currículos escolares, no sólo como base social que potencia la capacidad científica, sino como parte del engranaje de interconexión social y cultural, cuya base se fundamenta en la educación enfocada al niveles de desarrollo individual y colectivo correspondiendo a las tendencias de innovación creativa y comunicativa de la sociedad contemporánea, por lo que Nicaragua, siendo un país en vías de desarrollo progresivo, ha puesto su interés en la aplicación de la enseñanza artística en todos los contextos escolares del sistema educativo.

Se necesita estructurar un currículo que contenga las asignaturas artísticas de manera de engranaje entre otras por cada nivel o grado, las que deben ser coherentemente articuladas y enfocadas al desarrollo de aquellas competencias fundamentales en estudiante para alcanzar en ese nivel. De esta manera, los contenidos son lo suficientemente accesibles y pertinentes para su área de estudio, abordan los aspectos necesarios para desarrollar un criterio amplio de la cultura, tanto general como particular de la sociedad, con el fin de definir, y preservar los aspectos históricos de su entorno.

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